Hay que estar siempre dispuesto a tirar los dados y perder

Neil Young

Dicen que de todas las catástrofes se aprende, incluso siendo tan cabezota como Neil Young.

Hace unos años, durante la celebración del Slamdance Film Festival (Utah), tuvo lugar una de sus clases magistrales matutinas de café -a coffe with- con el músico Neil Young y al cineasta Jonathan Demme, en un “extraño” diálogo público sobre sus vidas y arte, y su colaboración creando el documental “Neil Young Journeys”.

Rescatamos de aquel encuentro el discurso del viejo rockero canadiense sobre la importancia que tiene en la vida fracasar:

Tenéis que estar dispuestos a abrazar, aceptar y acoger en vuestras vidas con los brazos abiertos y una visión muy, muy amplia, el fracaso. Aseguraos de darle siempre la bienvenida al fracaso. Decid siempre: Fracaso, encantado de tenerte, adelante, pasa. Porque así no tendréis ningún temor. Y si no tenéis miedo y creéis en vosotros mismos y os escucháis a vosotros mismos, sois los números uno. Todo lo demás está detrás de vosotros, vuestro nombre está por encima. Es vuestra vida. A la mierda con todo lo demás“.

El bueno de Neil, desde los días en que jugaba en los clubes y cafeterías de Yorkville allá por 1960, ha demostrado una gran habilidad para el auto-sabotaje, haciendo que, a cada momento de gloria le siga un descalabro profesional, de esos que enervan incluso a sus fanáticos más ardientes.

A sus 72 años, Young cuenta con un amplio bagaje a sus espaldas que le permite hablar sobre cómo esta sociedad abraza el objetivo de alcanzar el éxito sobre y a pesar de todo, casi siempre asociado a un componente económico. En esta concepción mental, “fracasar” supone una aberración a eludir por todos los medios, y por supuesto, nunca reconocerlo caso de que haya sucedido.

Si trasladamos este escenario al ámbito profesional, fallar es bastante más común de lo que nos gusta reconocer. Resulta difícil si recordamos que vivimos en un entorno que penaliza el error en el terreno laboral, y que supone un estigma social que puede acabar minando nuestra autoestima. Sin embargo, cada vez se vamos tomando más conciencia de lo que realmente significa fracasar en un proyecto, un territorio en el que fallar es posible y donde el inversor sabe que un emprendedor puede errar y continuar avanzando.

¿Dónde está la clave para poder salir airoso del fracaso? En saber gestionar las emociones, reconocer dónde nos hemos equivocado, aceptarlo y aprender de ello para poder sacar la parte positiva de esta situación.

En DeCV&Partners nos declaramos fieles devotos del pensamiento de Young y lo aplicamos a nuestra visión del mundo de recursos humanos, entendiendo como un valor fundamental de ésta la aceptación del error en las empresas a nivel corporativo y a nivel personal, desde el primero al último componente del equipo.

Como dice Young, “hay que estar siempre dispuesto a tirar los dados y perder“.